Home / Vinos

SEGUNDOS ´GRANDES´ VINOS

Publicada el 07/06/2018 por Carolina Freire

¿Saben cuáles son? Si aún no los conocen, aprendan con nosotros. Degustamos seis buenos vinos, hermanos de grandes exponentes, que interpretan de gran manera el estilo de su bodega.

 

Los segundos vinos son un concepto propio de la zona de Burdeos (Francia) para referirse a una segunda etiqueta de una bodega. Algo así como el hermano pequeño del vino principal o Grand Vin (de altos precios), que se produce a partir de las mejores uvas de su terroir, de cosechas excepcionales y criados con las mejores barricas, dependiendo del estilo de la viña. Por eso, muchas veces la uva que no califica para ese primer vino, proveniente a menudo de parras más jóvenes, van a ese segundo vino, el que también puede tener menos tiempo de guarda y paso por barricas usadas en su proceso de vinificación. Un vino que por supuesto tiene un precio más asequible pero que tiene toda la interpretación y esencia de la bodega, lo que lo hace una excelente opción para hacerse una idea de la filosofía de la casa. En Chile hay varios ejemplos de esta tendencia con buenísimos exponentes más al alcance de todos.

 

VIÑEDOS DE ALCOHUAZ

GRUS 2015 ($22.300)

VALLE DEL ELQUI

Proviene del proyecto de la familia Flaño junto al enólogo Marcelo Retamal, Juan Luis Huerta y su mujer Helia, quienes están a cargo de este radical viñedo en las alturas, a cerca de 2.200 metros de altura. Sus vinos se producen con poca tecnología, con levadura nativa y fermentados en lagares. Su vino Rhu, el top de línea -un exponente que esperan que algún día se convierta en un gran clásico o algo así como un Grand Cru- es una mezcla de Syrah, Garnacha y Petite Sirah, criado tres años en fudres de madera y el resto en botella. Un vino mineral, goloso, lleno de frutas negras, hierbas y especias. Tiene estructura, es intenso, complejo y firme. En tanto que Grus, su segundo vino, es mezcla de Syrah, Garnacha, Malbec y Petite Sirah, guardado en huevos de cemento por un año. Un vino que está listo para beber ahora. Fresco, vivaz, de gran jugosidad, con aromas a frutas rojas frescas y a tierra húmeda. Tiene acidez vibrante y taninos sabrosos.

 

AQUITANIA

AQUITANIA CHARDONNAY 2016 ($10.490)

VALLE DE MALLECO

El Chardonnay Sol de Sol de viña Aquitania, del valle de Malleco, en Traiguén, elaborado por el enólogo Felipe de Solminia es uno de los mejores Chardonnay del país. Un reconocido vino de fama mundial, con una frescura inigualable, de buena estructura, taninos presentes, especias, mineralidad, elegancia y mucha jugosidad. Si no tiene la posibilidad de comprarlo, pruebe su segundo Chardonnay, llamado Aquitania, que va en la misma línea. Un vino con muchas notas a frutas blancas cítricas, con carácter, buen volumen en boca, acidez eléctrica y agradable sedosidad.

 

ALMAVIVA

EPU 2015 ($35.500)

VALLE DEL MAIPO

El prestigioso y premiado vino Almaviva nace del joint venture entre Chateau Mouton y viña Concha y Toro, con uvas de viejas parras del Alto Maipo, un sector privilegiado donde también se producen otros importantes vinos con base de Cabernet Sauvignon. Este es mezcla de Cabernet con Carmenère, Cabenet Franc y Petit Verdot. Un vino para guardar por muchos años. Es grande, elegante, goloso, profundo, complejo, con taninos maduros y redondos. Y su segundo vino, Epu, proviene del mismo sector, pero de una selección de barricas y tanques distintos que no van en la mezcla final de Almaviva. De igual manera es un vino muy representativo de la bodega, negro en aromas, con notas herbales, textura cremosa, con taninos firmes y menos complejidad que su hermano mayor.

 

VIK

LA PIU BELLE 2011 ($58.300)

VALLE DE CACHAPOAL

Si Vik tiene un hotel extraordinario, la bodega no podía ser menos. Esta nace bajo un concepto de sustentabilidad que se mimetiza con el entorno. Ahí por cubas de acero inoxidable y barricas francesas, pasan los distintos vinos con los que cuentan. Su ícono llamado Vik, un vino (con 23 meses de barrica francesa) estructurado, complejo, negro en aromas, compuesto por las variedades Cabernet Sauvignon en su mayoría, más Carmenère, Cabernet Franc, Merlot y Syrah. Su vino hermano menor llamado Milla Cala, producido con la uva que no califica para Vik, es elaborado también con Cabernet Sauvignon, Carmenère, Syrah, Cabernet Franc y Merlot en distintos porcentajes (con 16 meses de barrica francesa), que dan como resultado un tinto más maduro y floral, con notas a tabaco y a árboles nativos. Y en un segmento intermedio está Piú Belle, un vino producido con las barricas de vinos que no evolucionaron como querían para Vik pero que tiene una frescura desigual. Tiene Cabernet Sauvignon, Carmenère, Cabernet Franc, Merlot y Syrah. Acá encontramos notas más herbales, fruta roja y negra fresca, mucha personalidad y jugosidad, con taninos aterciopelados. En resumen, un vino ideal para entender la experiencia Vik.

 

CLOS APALTA

LE PETIT CLOS 2014 ($39.900)

VALLE DE APALTA

Clos Apalta, uno de los primeros íconos de Chile, es otro vino distinguido en varias ocasiones por prestigiosas revistas y críticos especializados. Desde el año pasado funciona como bodega independiente de viña Lapostolle, sumando un segundo vino, en este caso su Le Petit Clos, un ensamblaje frutal, más abordable y jugoso, compuesto por Cabernet Sauvignon, Carmenère, Merlot y Petit Verdot, con guarda en barricas nuevas y usadas; a diferencia de Clos Apalta, que es un vino más corpulento, maduro, elegante, con taninos sedosos, mezcla de Carmenère (en su mayoría), Cabernet Sauvignon y Merlot. Ambos provenientes de uvas orgánicas y este último con más tiempo de crianza en barricas nuevas (28 meses).

 

AZUR

GEMMA BRUT ($10.990)

VALLE DE LIMARI

Bajo la marca de Azur nace Gemma, un buenísimo espumante, de gran relación precio calidad, elaborado por la familia Guillisasti en el valle de Limarí. Azur es su vino ícono, unas elegantes burbujas de gran mineralidad y cremosidad, que tienen 36 meses de maduración en botella. En tanto que Gemma, su segundo espumante proviene de las mismas uvas que no calificaron para Azur, con un 70% de Chardonnay y un 30% de Pinot Noir, que provienen de suelos arcillosos con buena dotación de carbonato de calcio. Se produce bajo el mismo método tradicional pero acá una maduración de al menos 24 meses sobre sus levaduras, dando como resultado un excelente espumoso con aromas salinos, a manzana y pera verde, cáscara de limón y flores blancas. Es fresco, redondo, con agradables y cremosas burbujas, acidez vivaz, más un final mineral y elegante. 

 

Encuéntrelos en tiendas especializadas

 



Comenta esta nota: