El periodista y editor de revista Placeres Patricio Rojas conversó con José Alberto Zuccardi, director de la empresa familiar Zuccardi, marca emblemática de vinos y aceite de oliva de Mendoza, Argentina, esto a propósito de su reciente visita a Chile.
Fotografía Daniel Ojeda
Hace menos
de un año estaba en Londres recibiendo máxima distinción en el International
Wine Challenge por su compromiso con la producción de vinos de clase mundial y
por su dedicación permanente a la promoción de la vitivinicultura argentina.
Hace unos días estuvo en Santiago, cumplió con una agenda maratónica que
incluyó reuniones, entrevistas, almuerzos con prensa e influencers junto con
mostrar sus botellas personalmente a los socios del Club Placeres del Vino, que
es lo que más le gusta hacer. Porque, como a él le gusta decir: “Yo, en esencia,
soy un productor de vinos de Mendoza”. Uno que inspira.
La familia Zuccardi tiene a todas sus
generaciones en actividad. Unos trabajando con el arte; otros con los aceites
de oliva, una dedicada al turismo y, sin duda, el que más menciona José es a su
hijo Sebastián, quien ha marcado la impronta para la actualización de los vinos
Zuccardi, focalizando el trabajo en el terroir y produciendo vinos con cada vez
más sentido de lugar. Hago esta descripción porque si algo define a esta
familia es justamente marcar esa impronta familiar en la marca Zuccardi.
¿De
dónde viene esta pasión por el vino?
De que mi padre, yo y mi familia somos en
esencia productores de vino de Mendoza. Antes que empresarios o que cualquier
otra cosa, eso es lo que nos mueve. Nuestra pasión es que creemos que el vino
es mucho más que un producto. Es cultura, amistad, son experiencias
compartidas.
¿Y
para ti el vino hoy goza de buena salud?
Más que nunca. Imagínate que es uno de
los pocos productos donde de verdad puedes encontrar algo único. Entre 200
vinos lo más probable es que todos sean distintos. Y si a eso agregas tu propio
gusto, tus emociones, el momento de consumo, todo en el vino se transforma en experiencia
única. Y a tu medida, porque más allá de todos los premios, puntajes y
medallas, al final tú eres quien decide qué vino es el que más te gusta. Y ese
lo tomas.
En
tus encuentros de estos días en Chile hablaste de este cambio en los vinos
argentinos, que hoy los hace más “gastronómicos”.
El gran boom de la gastronomía tiene
su base en que hoy se cocina menos en casa y, cuando se hace, muchos cocinan
por placer. Hoy ir a un restaurante no es algo excepcional como antes, que era
casi una celebración. Hoy es parte de la vida moderna. Un nuevo espacio para
sociabilizar, donde el vino juega un gran papel. Pero para esto se requieren
vinos más frescos, ni sobremaderizados ni sobremaduros. Vinos que limpien la
boca y te permitan disfrutar mucho más.
Tito,
el blend de Zuccardi que también se vende en Chile, sacó aplausos cerrados.
Háblame un poco más de ese vino
Es un vino muy especial en honor a mi
padre que era un innovador nato. Y Tito viene de una nueva zona productora de
uvas que es Altamira y es un vino de corte que tiene un par de variedades con
las que innovamos en la Argentina: la Ancellotta y Caladoc, que permiten una
excelente mezcla.
EN
LAS GRANDES LIGAS
Además
han trabajado muy bien los blancos incorporando el Viogner...
En 1993 partimos introduciendo el
Viogner en mezclas y en productos 100% de la variedad. Incluso hicimos un
espumante 100 % Viogner. En Alma Cuatro hemos trabajado con esta variedad
llegando hasta producir un interesante vino fortificado.
A propósito de eso, ¿cómo ha sido el desarrollo de
Malamado?, el primer vino fortificado producido en Argentina a base de uvas
Malbec
Hemos
creado una categoría. No existía y nadie pensaba que funcionaría y mucho menos
que Malamado de Zuccardi se adueñaría de esa categoría. Es un vino muy diferente
y la verdad es que no se parece a ningún otro. El mejor final de una comida
tiene un compañero perfecto. Y le ha ido muy bien fuera de Argentina a este
fortificado 100% Malbec. Ahora estamos embarcados en la producción de un
aguardiente de Torrontés. El vino puede ser infinito y diverso. Eso también lo
hace único.
¿Qué encontró a la familia en 2016?, fue un año
lleno de reconocimientos
La verdad
es que ahí estábamos con nuestra nueva bodega en Paraje Altamira, destinada a
elaborar vinos de los distintos terroirs que conforman el Valle de Uco. La
verdad es que nosotros fuimos de las primeras bodegas en exportar hacia Reino
Unido, por lo que el premio en el International Wine Challenge fue un gran reconocimiento
no sólo para mí sino también para mi hijo Sebastián, que ha puesto foco en la
producción de vinos con un profundo sentido de lugar. Lo mismo que a mi hija
Julia que está cargo del turismo en la bodega en un proyecto muy lindo y, por
supuesto, Miguel con quien venimos produciendo aceites de oliva extra virgen.
Así ha trabajado siempre nuestra familia, nos apasiona el vino. Somos viñateros
que trabajamos desde la agricultura y la enología. Lo más importante es que
ahora en Zuccardi está la mano y la cabeza de las nuevas generaciones, que vienen
haciendo un cambio con una visión que nunca tuvo el vino argentino. Con esto
han hecho un gran relevo y nos están llevando a jugar en las grandes ligas.
Y una última cosa, ¿cómo encontraste Santiago en
esta visita?
Viviendo
una gran revolución gastronómica con una oferta de restaurantes impresionante.
Además con cocinas que también te impresionan. Cerré mi viaje con una cena
maridaje en Marriott donde probamos la propuesta del Chef Luis Cruzat. Su
trabajo muestra un respeto profundo por el producto y enorme originalidad a la
hora de armonizar con los vinos.