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A LA CARTA: LA MAR

Publicada el 19/08/2015 por Juan Antonio Eymin

Uno de los íconos de la cocina peruana en Santiago renueva su carta con énfasis en el producto chileno. Según nuestro cronista, una apuesta bien lograda.



A nadie le  es indiferente la cocina peruana. Desde que hizo ingreso al país de la mano de Emilio Peschiera a fines de 1989, fue gradualmente haciéndose popular y un cuarto de siglo más tarde es casi imposible encontrar un barrio que no tenga un restaurante peruano en sus alrededores. Tanto, que supera en cantidad a los restaurantes tradicionales chilenos y están casi mano a mano con la invasión de la comida china, otra de las que tienen un público cautivo en todo el país.


El segundo fenómeno relacionado con esta cocina llegó a Santiago el 2008. Gastón Acurio ya era famoso y se codeaba con grandes empresarios para comenzar así la internacionalización de sus restaurantes. La Mar era la cebichería más famosa de Lima y todos los ojos estaban atentos a la apertura de la primera sucursal en nuestra capital. Abrió con una estética parecida a la de Lima y por primera vez vimos las largas filas de comensales que estaban dispuestos a esperar horas con tal de encontrar una mesa desocupada. ¡Era la revolución!


Una revolución que no ha tenido descanso. Poco a poco La Mar fue convirtiéndose en el negocio insignia de Acurio en Santiago, desplazando incluso a Astrid y Gastón, su primer desembarco en Chile. Tanta y Madam Tusan ayudaron a que el pequeño imperio de Acurio se hiciera famoso en estas comarcas, pero sin duda La Mar fue y sigue siendo la mayor atracción.


En ocho años hemos conocido muchos de sus platos, todos ellos elaborados por chefs peruanos que pertenecen a la casa matriz de Lima. También y en todo este tiempo hemos festejado con sus pisco sour, uno de los mejores de la ciudad y con la introducción de los chilcanos y el pisco punch, cócteles peruanos que también lograron posicionarse en nuestra capital.


Pasó el tiempo y con las típicas renovaciones de personal, un chileno se hizo cargo de las cocinas de La Mar capitalina. La percepción cambió radicalmente ya que muchas veces el público lamentaba que un cocinero chileno estuviese dirigiendo las cocinas del mejor restaurante peruano. Por otra parte, muchos criticaban el excesivo uso del Ají no Moto, el sazonador estrella de la cocina del Norte. Un abuso que se notó en parte de los cebiches y en toda la cocina fría de este lugar. Resueltamente, habían decidido restringir los sabores picantes eliminando los ajíes pero potenciando el sazonador, algo que no fue del gusto de su clientela.


Todo recayó en el chileno Carlos Labrín. Sin embargo el chef tenía algo que decir. Partió a Lima a trabajar en la Corporación Acurio, donde se forman todos los chefs que irán algún día a encabezar los restaurantes que poseen en varios países del mundo y convenció a sus jefes que el producto chileno era ideal para preparar platos de raíces peruanas. Erizos, piures, mero, papas chilotas, frutas y de todo lo que nos ofrece la naturaleza son parte del 30% de los nuevos platos disponibles en la nueva carta. Además, para beneplácito de todos, regresaron los picores y bajaron el exceso de Ají no Moto en sus platos. ¿Resultado?Una vuelta de tuerca acertada y, por cierto, feliz.


La  propuesta  mantiene  los  tradicionales  sabores  de La  Mar  e  insiste  en  potenciar  los mejores pescados, mariscos, verduras, algas y frutas nacionales. Se trata de la renovación de carta más importante desde su llegada a Chile, con novedades en el 30% de los platos y el 50% de sus postres y tragos. Incluso, el tradicional y clásico cebiche peruano, tal como lo conocemos –ese con pescado, cebolla, choclo, rocoto y camote- y a pesar de que está en la carta, pocos lo solicitan.


Entre los nuevos platos destacan los cebiches Del pescador y Carretilla; el toque nikkei de la Causa Roll o del Roll Tempurón; el suave Tiradito chucuito con cremosa leche de tigre de ostiones; el especial Mero con ajo crocante y salsa al olivo; la influencia chifa en el Chifón Chaufa y la Plancha de pulpo con papitas chilotas, entre múltiples opciones.


Para un dulce final, entre los postres que se estrenan brillan la Mixtura de chocolates y lúcuma, la Torta de queso chola con papayas chilenas y aguaymanto, además de sus infalibles picarones, uno de los imperdibles de la cocina peruana.


Hay que decirlo. El lugar es caro. Posiblemente sea uno de los restaurantes peruanos más onerosos de la capital. Hay calidad, materia prima y un buen servicio. Aun así, sigue siendo una cebichería. Muy recomendable para faltriqueras gordas y generosas, ya que la experiencia es sensacional. Por mi profesión, conozco la gran mayoría de los restaurantes peruanos y en estos momentos La Mar tiene mucho que decir ya que es uno de los líderes de este mercado.



La Mar

Dirección. Nueva Costanera 4076. Vitacura

Teléfono: 2 2206 7839

 


(*) Juan Antonio Eymin es cronista gastronómico y fundador de Lobby, la primera revista  destinada al sector hotelero y gastronómico de Chile. En la actualidad sus comentarios pueden ser leídos en varias publicaciones. Su independencia le da la libertad necesaria para aconsejar a sus lectores, por eso donde va gusta destacar lo bueno y lo malo.



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