A pocas horas de Santiago el panorama para celebrar cualquier festividad está a la vista. Hoteles de lujo, paisajes soñados y restaurantes imperdibles harán de su estadía un fin de semana redondo, de esos para recordar y querer regresar.
No hay excusa para tener un fin de
semana en pareja romántico y distinto. Sólo se necesita un poco de
programación, casi nada en verdad, un par de reservas y ya está listo para
sorprender a cualquier persona. Tome nota de este fin de semana soñado, con
datos probados y aprobados, a máximo dos horas de Santiago.
CINQUE COLORI
A
una hora y 30 minutos de Santiago está Algarrobo, en la V Región, conocido como
la capital náutica del país, un balneario bello y relajado, ideal para
practicar distintos deportes acuáticos, y muy cercano a las viñas del valle de
Casablanca, famoso por sus vinos blancos y tintos ligeros. El paisaje verde y
con distintas bodegas al paso hacen agradable la ruta, y el trayecto se hace
muy corto. Ahí una tremenda alternativa -en Algarrobo norte-, que es más
tranquilo que la parte central, es alojarse en el exquisito Cinque Colori, un Bed
and Breakfast - Spa, a cargo de sus propios dueños; Yolanda y Hugo, un
matrimonio muy simpático y cercano que, tras varios viajes, en 2011 se
propusieron hacer algo íntimo, personalizado y distinto, atendido por ellos
mismos. La idea, dicen, es que los pasajeros se sientan como en casa. Te pasan
las llaves del lugar para entrar y salir cuando uno quiera, puedes abrir el
refrigerador y sacar lo que necesites, desde un espumante, cervezas, a algo
para comer. El lugar es muy agradable, seguro y hogareño, y se ubica frente a
la playa, a tres minutos caminando por un lindo sendero con aroma a eucaliptus.
Una casa bella de tres pisos, y con una arquitectura muy en sintonía con el
lugar, alberga este hospedaje, con todas las comodidades, Wi-Fi, espacios bien
definidos y vistas panorámicas. Sus cinco habitaciones son muy confortables,
con linda decoración, grandes ventanales, todas con terraza para ver y escuchar
el sonido del mar.
Si
quisieran, tienen bicicletas para recorrer el lugar, sillas para bajar a la
playa a leer, quitasoles, caña de pescar y hay un restaurante justo al frente
de la casa para comer y beber algo. Y obviamente el paso siguiente es sentarse
en la arena, con su pareja, a contemplar el mar. Ya ven, el lugar ostenta de
puro relajo, desconexión y caminatas por la playa para apreciar el paisaje.
Punto aparte y ultra recomendable es disfrutar con copa en mano, cuando cae la
tarde, de su tina de hidromasaje al aire libre, con agua calentada con leña.
También tienen sauna, masajes de relajación y una cama de cuarzo para llenarse
de energía. Por la mañana ofrecen un rico desayuno continental, con buen café,
jugos y productos locales, que se puede tomar en el comedor interior o en la
terraza. Uno se siente literalmente en el living de su casa, compartiendo con
otros turistas, muchos de ellos extranjeros. Un lugar que hay que visitar, de
gran relación precio calidad, catalogado como excelente y con altos puntajes en
distintos sitios de hoteles y viajes. Benjamín
Vicuña Mackenna 395, Algarrobo Norte. T.: 56 9 92274385
MACERADO ALGARROBO
Lo
ideal es salir un viernes temprano de la capital. Háganse la idea de partir a
más tardar a las 17.00 de la tarde para no toparse con la congestión. Así podrán
disfrutar de todas las instalaciones del Cinque Colori y luego salir a comer al
excelente Macerado de Algarrobo, distinguido por el Circulo de Cronistas
Gastronómicos de Chile como el mejor local regional de la zona centro. Un must.
El restaurante está a 10 minutos del hotel, pero Yolanda tiene varios datos de
taxis, económicos y seguros a toda hora, así que podrán relajarse con la idea
de manejar. Si aún no lo conocen, una para obligada para cenar o almorzar es este
lugar, un restaurante familiar, de esos para pasar largar horas disfrutando de
su buenísima comida y su cálida atención. Está ubicado a una cuadra de la playa
y es liderado por Gonzalo Donoso y su familia, que comenzó hace 11 años con su
primer restaurante en Casablanca. Acá se deleitarán con increíbles
preparaciones, con una cocina bien cuidada, con productos de la zona y de su
huerta. Potencian el producto local, los vinos, la carne y, sobre todo, el
sabor marino, con pescados y mariscos frescos de la zona. En estas fechas, de
días soleados, a mí me encanta sentarme en su agradable terraza, que tiene una
gran barra al aire libre y una parrilla donde se cocinan deliciosas preparaciones.
Los chefs Igor Caramori y Carlos Mardones siempre sorprenden con platos
sabrosos, caseros y enjundiosos. Un paseo de sabores que incluye tiraditos de
pescado, alucinantes locos con papas mayo, pulpo macerado en hierbas, cebiche, machas, ostiones, choros maltones, un blando costillar de chancho, una discada de conejo, sólo para gozadores, que
lo dejará literalmente suspirando, y así cuanto sabor sublime imagine. Un lugar
ultra recomendable, de calidad, con buena coctelería, en el que Gonzalo, su
dueño, ha puesto toda su energía para para que los clientes se vayan felices y
vuelvan una y otra vez. Ojo que pronto se viene igual de sabrosa su nueva
apertura en Tunquén. Las Tinajas 2678, Algarrobo. T.:56
9 58697542
VALPARAISO, UN DESTINO
AL QUE SIEMPRE HAY QUE VOLVER
Ya
impregnados del relajo playero y la buena comida del Macerado, sigan la ruta
hacia Valparaíso, un destino que siempre es un agrado visitar, una ciudad
colorida, bohemia, de cuento, empinada sobre laderas, principal puerto de Chile
y Patrimonio de la Humanidad (Unesco). Un sitio paradójico, con contrastes, bien
turístico, que entremezcla distintas culturas, fachadas llenas de murales,
museos, casas con historias, escaleras, recovecos y sus característicos ascensores
para trasportarse de un lugar a otro.
CASA HIGUERAS
Si
realmente quieren sorprender a alguien, váyanse a ojos cerrados al Casa
Higueras, un hotel boutique de lujo, consolidado, de alto estándar, por lejos
el más top de la región. Se ubica en un lugar privilegiado en el corazón del
Cerro Alegre, cerca de todo, a pasos del Paseo Yugoslavo y de los ascensores El
Peral y Reina Victoria, ideal para salir a caminar y pasear. Una antigua y
bella casa remodelada, que data de los años 20, en la que antiguamente habitaba
la familia Corssen, hoy propiedad del mueblista Gonzalo Velasco y su mujer, la
diseñadora Teresita Navarro, alberga este hermoso hotel de estilo señorial, que
cuenta con 20 elegantes y amplias habitaciones, distribuidas en cuatro pisos (todas
con vista a la bahía o al Cerro Cordillera), y que mantienen fielmente el
diseño de la arquitectura original. Las camas son espléndidas, al igual que los
baños, que cuentan con todo lo necesario. Desde la calidad de las sábanas a los
amenities están pensados para que la estadía sea completamente insuperable.
Todo
asombra en este hotel, desde la llegada, un silencioso callejón con sólo un
cartel con el nombre del hotel no hace dimensionar el tremendo oasis oculto,
con todas las comodidades para pasar un grato fin de semana y una experiencia
inolvidable. Una vez que hagan el check in, dejen las maletas en su habitación,
y como algo natural lo primero es recorrer el lugar. Suban al quinto piso
porque la postal con vista al puerto y a los cerros aledaños es realmente
impactante. Acá pueden tomarse una copa de vino y disfrutar de la imponente
vista. En todo el hotel los detalles están dados, un excelente servicio, WiFi,
estacionamiento, con espacios especialmente diseñados para el relajo, la lectura
y el descanso. Si desean almorzar o cenar acá, el hotel cuenta con el
maravilloso restaurante Maralegre, abierto a todo público, con un salón
interior y una terraza despampanante. Actualmente es asesorado por el famoso
chef del restaurante Europeo Francisco Mandiola y liderado por el chef
ejecutivo Luis Correa, quienes trabajan hace meses para ofrecer una nueva carta
que debuta este mes. El concepto es darle identidad a esta propuesta, por eso
cocinan con productos locales y alrededores, con la idea de mostrar una cocina
de la zona pero con aires modernos. Estaremos atentos porque promete.
Siguiendo
la línea, las instalaciones de este comedor lo hacen el lugar idóneo para tener
una velada romántica a la luz de las velas, uno realmente se siente transportado
a otro sitio. Punto aparte es su fabulosa piscina, todas las locaciones con una
vista panorámica impresionante que miran a la bahía. Acá también, a un costado
hay una sala de masajes, sauna y un exquisito jacuzzi semicubierto, que
obviamente tienen que disfrutar, para que la visita sea completamente
espectacular. Quedará realmente impresionado con sus miradores naturales, que
descuelgan de distintas terrazas, con jardines escalonados en la ladera del
cerro. Calle Higueras 133. T.: 32
2497900
PASEANDO POR LOS CERROS
Una
vez ya instalados y luego de recorrer el hotel, salgan a caminar, a disfrutar
del paisaje, a perderse por las estrechas y coloridas callejuelas de
Valparaíso. Caminen sin rumbo, sientan el aire que se forma por la corriente de
los innumerables pasadizos y calles laberínticas. Acá la oferta es amplia, hay
desde tradicionales cafés, galerías de arte, tiendas y modernos restaurantes.
Después de recorrer un poco la ciudad tomen el ascensor Reina Victoria, que
está a cinco minutos caminando del hotel. Bajen y entren a la Cervecera
Altamira (Av. Elías 126, Valparaíso. T.:
32 3193619), que se encuentra justo a los pies del ascensor. Este pub tiene
cervezas artesanales producidas en el mismo lugar, con recetas de antaño, de
gran calidad. Además, el local cuenta con el primer museo de la cerveza en Chile, donde pueden coordinar
tours por la fábrica y degustar los distintos tipos de cervezas que elaboran.
En el mismo sector, y a tres minutos más caminando, una parada obligada
es en el Bar Cinzano (Plaza Aníbal Pinto
1182, Valparaíso. T.: 32 2213043), que data de 1896, un clásico imperdible,
aún muy vigente, para impregnarse del puerto. Jóvenes, adultos y personas de la
tercera edad no hacen diferencia y todos gozan al ritmo de la música en vivo
que siempre hay. Boleros y tangos son los protagonistas, todo el mundo canta,
disfruta, hablan entre desconocidos, beben negronis, campari, vermouth y pisco
sour. Tiene una cocina sencilla pero que a todos les encanta. La idea es estar
alguna vez ahí y ser parte de este lugar tradicional, que no muere.
El
fin de semana ha sido intenso, quizás quieran volver a su confortable hotel,
pues como les dije, el Casa Higueras tiene todas las comodidades para no
moverse y desconectarse. Pueden comer algo de su excelente cocina o bien beber
la última copa de vino o trago en la terraza del restaurante mirando el muelle
y los barcos luminosos que avisan que zarpan y otros que arriban.
Al
día siguiente, nada mejor que disfrutar el último chapuzón
en el jacuzzi, tomar el exquisito desayuno buffet en el comedor, con distintas
alternativas de jugos, jamones, quesos, frutas, panes y huevos a elección. Haga
su check out, deje guardadas por un rato sus maletas en el hotel, y salga otra
vez a caminar. De verdad que el paseo es realmente formidable. Camine por otro
sector, cámbiese de cerro, respire, sáquense muchas fotos porque el lugar lo
amerita. Y cuando ya sea la hora de almorzar, no dejen de visitar el restaurante,
de gran relación precio calidad, Tres Peces, que se ubica en el Cerro
Concepción (Abtao 644, Valparaíso. T.: 9
98736123), está ubicado en una linda casona restaurada y tiene una carta
acotada, con preparaciones con pescados y mariscos, que compran directamente a
las caletas. La idea de los chefs Paula Báez y Cristian Gómez es ser un local
de pesca responsable en el sector, es decir respetar las vedas y las temporadas
de capturas. Acá tiéntense con el caldillo de congrio o con el pescado a la
lata, que son realmente buenos y preparaciones muy porteñas. Ojo que no se
hacen reservas, pues el ingreso es por orden de llegada.
Ya
son quizás las 16.30 de la tarde del domingo y hay que regresar. Probablemente
el fin de semana se hizo corto, faltaron lugares por recorrer, museos que
visitar y aprovechar más el hotel. Esa es la sensación que siempre me queda
cuando voy a Valparaíso, por eso siempre es bueno volver, un fin de semana más
largo, de la mano de alguien más.