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ESCAPADA ROMANTICA

Publicada el 18/01/2019 por Carolina Freire

A pocas horas de Santiago el panorama para celebrar cualquier festividad está a la vista. Hoteles de lujo, paisajes soñados y restaurantes imperdibles harán de su estadía un fin de semana redondo, de esos para recordar y querer regresar.

No hay excusa para tener un fin de semana en pareja romántico y distinto. Sólo se necesita un poco de programación, casi nada en verdad, un par de reservas y ya está listo para sorprender a cualquier persona. Tome nota de este fin de semana soñado, con datos probados y aprobados, a máximo dos horas de Santiago.

 

CINQUE COLORI

A una hora y 30 minutos de Santiago está Algarrobo, en la V Región, conocido como la capital náutica del país, un balneario bello y relajado, ideal para practicar distintos deportes acuáticos, y muy cercano a las viñas del valle de Casablanca, famoso por sus vinos blancos y tintos ligeros. El paisaje verde y con distintas bodegas al paso hacen agradable la ruta, y el trayecto se hace muy corto. Ahí una tremenda alternativa -en Algarrobo norte-, que es más tranquilo que la parte central, es alojarse en el exquisito Cinque Colori, un Bed and Breakfast - Spa, a cargo de sus propios dueños; Yolanda y Hugo, un matrimonio muy simpático y cercano que, tras varios viajes, en 2011 se propusieron hacer algo íntimo, personalizado y distinto, atendido por ellos mismos. La idea, dicen, es que los pasajeros se sientan como en casa. Te pasan las llaves del lugar para entrar y salir cuando uno quiera, puedes abrir el refrigerador y sacar lo que necesites, desde un espumante, cervezas, a algo para comer. El lugar es muy agradable, seguro y hogareño, y se ubica frente a la playa, a tres minutos caminando por un lindo sendero con aroma a eucaliptus. Una casa bella de tres pisos, y con una arquitectura muy en sintonía con el lugar, alberga este hospedaje, con todas las comodidades, Wi-Fi, espacios bien definidos y vistas panorámicas. Sus cinco habitaciones son muy confortables, con linda decoración, grandes ventanales, todas con terraza para ver y escuchar el sonido del mar.


Si quisieran, tienen bicicletas para recorrer el lugar, sillas para bajar a la playa a leer, quitasoles, caña de pescar y hay un restaurante justo al frente de la casa para comer y beber algo. Y obviamente el paso siguiente es sentarse en la arena, con su pareja, a contemplar el mar. Ya ven, el lugar ostenta de puro relajo, desconexión y caminatas por la playa para apreciar el paisaje. Punto aparte y ultra recomendable es disfrutar con copa en mano, cuando cae la tarde, de su tina de hidromasaje al aire libre, con agua calentada con leña. También tienen sauna, masajes de relajación y una cama de cuarzo para llenarse de energía. Por la mañana ofrecen un rico desayuno continental, con buen café, jugos y productos locales, que se puede tomar en el comedor interior o en la terraza. Uno se siente literalmente en el living de su casa, compartiendo con otros turistas, muchos de ellos extranjeros. Un lugar que hay que visitar, de gran relación precio calidad, catalogado como excelente y con altos puntajes en distintos sitios de hoteles y viajes. Benjamín Vicuña Mackenna 395, Algarrobo Norte. T.: 56 9 92274385

 


MACERADO ALGARROBO

Lo ideal es salir un viernes temprano de la capital. Háganse la idea de partir a más tardar a las 17.00 de la tarde para no toparse con la congestión. Así podrán disfrutar de todas las instalaciones del Cinque Colori y luego salir a comer al excelente Macerado de Algarrobo, distinguido por el Circulo de Cronistas Gastronómicos de Chile como el mejor local regional de la zona centro. Un must. El restaurante está a 10 minutos del hotel, pero Yolanda tiene varios datos de taxis, económicos y seguros a toda hora, así que podrán relajarse con la idea de manejar. Si aún no lo conocen, una para obligada para cenar o almorzar es este lugar, un restaurante familiar, de esos para pasar largar horas disfrutando de su buenísima comida y su cálida atención. Está ubicado a una cuadra de la playa y es liderado por Gonzalo Donoso y su familia, que comenzó hace 11 años con su primer restaurante en Casablanca. Acá se deleitarán con increíbles preparaciones, con una cocina bien cuidada, con productos de la zona y de su huerta. Potencian el producto local, los vinos, la carne y, sobre todo, el sabor marino, con pescados y mariscos frescos de la zona. En estas fechas, de días soleados, a mí me encanta sentarme en su agradable terraza, que tiene una gran barra al aire libre y una parrilla donde se cocinan deliciosas preparaciones. Los chefs Igor Caramori y Carlos Mardones siempre sorprenden con platos sabrosos, caseros y enjundiosos. Un paseo de sabores que incluye tiraditos de pescado, alucinantes locos con papas mayo, pulpo macerado en hierbas, cebiche, machas, ostiones, choros maltones, un blando costillar de chancho, una discada de conejo, sólo para gozadores, que lo dejará literalmente suspirando, y así cuanto sabor sublime imagine. Un lugar ultra recomendable, de calidad, con buena coctelería, en el que Gonzalo, su dueño, ha puesto toda su energía para para que los clientes se vayan felices y vuelvan una y otra vez. Ojo que pronto se viene igual de sabrosa su nueva apertura en Tunquén. Las Tinajas 2678, Algarrobo. T.:56 9 58697542

 


VALPARAISO, UN DESTINO AL QUE SIEMPRE HAY QUE VOLVER

Ya impregnados del relajo playero y la buena comida del Macerado, sigan la ruta hacia Valparaíso, un destino que siempre es un agrado visitar, una ciudad colorida, bohemia, de cuento, empinada sobre laderas, principal puerto de Chile y Patrimonio de la Humanidad (Unesco). Un sitio paradójico, con contrastes, bien turístico, que entremezcla distintas culturas, fachadas llenas de murales, museos, casas con historias, escaleras, recovecos y sus característicos ascensores para trasportarse de un lugar a otro.

 


CASA HIGUERAS

Si realmente quieren sorprender a alguien, váyanse a ojos cerrados al Casa Higueras, un hotel boutique de lujo, consolidado, de alto estándar, por lejos el más top de la región. Se ubica en un lugar privilegiado en el corazón del Cerro Alegre, cerca de todo, a pasos del Paseo Yugoslavo y de los ascensores El Peral y Reina Victoria, ideal para salir a caminar y pasear. Una antigua y bella casa remodelada, que data de los años 20, en la que antiguamente habitaba la familia Corssen, hoy propiedad del mueblista Gonzalo Velasco y su mujer, la diseñadora Teresita Navarro, alberga este hermoso hotel de estilo señorial, que cuenta con 20 elegantes y amplias habitaciones, distribuidas en cuatro pisos (todas con vista a la bahía o al Cerro Cordillera), y que mantienen fielmente el diseño de la arquitectura original. Las camas son espléndidas, al igual que los baños, que cuentan con todo lo necesario. Desde la calidad de las sábanas a los amenities están pensados para que la estadía sea completamente insuperable.


Todo asombra en este hotel, desde la llegada, un silencioso callejón con sólo un cartel con el nombre del hotel no hace dimensionar el tremendo oasis oculto, con todas las comodidades para pasar un grato fin de semana y una experiencia inolvidable. Una vez que hagan el check in, dejen las maletas en su habitación, y como algo natural lo primero es recorrer el lugar. Suban al quinto piso porque la postal con vista al puerto y a los cerros aledaños es realmente impactante. Acá pueden tomarse una copa de vino y disfrutar de la imponente vista. En todo el hotel los detalles están dados, un excelente servicio, WiFi, estacionamiento, con espacios especialmente diseñados para el relajo, la lectura y el descanso. Si desean almorzar o cenar acá, el hotel cuenta con el maravilloso restaurante Maralegre, abierto a todo público, con un salón interior y una terraza despampanante. Actualmente es asesorado por el famoso chef del restaurante Europeo Francisco Mandiola y liderado por el chef ejecutivo Luis Correa, quienes trabajan hace meses para ofrecer una nueva carta que debuta este mes. El concepto es darle identidad a esta propuesta, por eso cocinan con productos locales y alrededores, con la idea de mostrar una cocina de la zona pero con aires modernos. Estaremos atentos porque promete.


Siguiendo la línea, las instalaciones de este comedor lo hacen el lugar idóneo para tener una velada romántica a la luz de las velas, uno realmente se siente transportado a otro sitio. Punto aparte es su fabulosa piscina, todas las locaciones con una vista panorámica impresionante que miran a la bahía. Acá también, a un costado hay una sala de masajes, sauna y un exquisito jacuzzi semicubierto, que obviamente tienen que disfrutar, para que la visita sea completamente espectacular. Quedará realmente impresionado con sus miradores naturales, que descuelgan de distintas terrazas, con jardines escalonados en la ladera del cerro. Calle Higueras 133. T.: 32 2497900

 


PASEANDO POR LOS CERROS

Una vez ya instalados y luego de recorrer el hotel, salgan a caminar, a disfrutar del paisaje, a perderse por las estrechas y coloridas callejuelas de Valparaíso. Caminen sin rumbo, sientan el aire que se forma por la corriente de los innumerables pasadizos y calles laberínticas. Acá la oferta es amplia, hay desde tradicionales cafés, galerías de arte, tiendas y modernos restaurantes. Después de recorrer un poco la ciudad tomen el ascensor Reina Victoria, que está a cinco minutos caminando del hotel. Bajen y entren a la Cervecera Altamira (Av. Elías 126, Valparaíso. T.: 32 3193619), que se encuentra justo a los pies del ascensor. Este pub tiene cervezas artesanales producidas en el mismo lugar, con recetas de antaño, de gran calidad. Además, el local cuenta con el primer museo de la cerveza en Chile, donde pueden coordinar tours por la fábrica y degustar los distintos tipos de cervezas que elaboran. En el mismo sector, y a tres minutos más caminando, una parada obligada es en el Bar Cinzano (Plaza Aníbal Pinto 1182, Valparaíso. T.: 32 2213043), que data de 1896, un clásico imperdible, aún muy vigente, para impregnarse del puerto. Jóvenes, adultos y personas de la tercera edad no hacen diferencia y todos gozan al ritmo de la música en vivo que siempre hay. Boleros y tangos son los protagonistas, todo el mundo canta, disfruta, hablan entre desconocidos, beben negronis, campari, vermouth y pisco sour. Tiene una cocina sencilla pero que a todos les encanta. La idea es estar alguna vez ahí y ser parte de este lugar tradicional, que no muere.


El fin de semana ha sido intenso, quizás quieran volver a su confortable hotel, pues como les dije, el Casa Higueras tiene todas las comodidades para no moverse y desconectarse. Pueden comer algo de su excelente cocina o bien beber la última copa de vino o trago en la terraza del restaurante mirando el muelle y los barcos luminosos que avisan que zarpan y otros que arriban.


Al día siguiente, nada mejor que disfrutar el último chapuzón en el jacuzzi, tomar el exquisito desayuno buffet en el comedor, con distintas alternativas de jugos, jamones, quesos, frutas, panes y huevos a elección. Haga su check out, deje guardadas por un rato sus maletas en el hotel, y salga otra vez a caminar. De verdad que el paseo es realmente formidable. Camine por otro sector, cámbiese de cerro, respire, sáquense muchas fotos porque el lugar lo amerita. Y cuando ya sea la hora de almorzar, no dejen de visitar el restaurante, de gran relación precio calidad, Tres Peces, que se ubica en el Cerro Concepción (Abtao 644, Valparaíso. T.: 9 98736123), está ubicado en una linda casona restaurada y tiene una carta acotada, con preparaciones con pescados y mariscos, que compran directamente a las caletas. La idea de los chefs Paula Báez y Cristian Gómez es ser un local de pesca responsable en el sector, es decir respetar las vedas y las temporadas de capturas. Acá tiéntense con el caldillo de congrio o con el pescado a la lata, que son realmente buenos y preparaciones muy porteñas. Ojo que no se hacen reservas, pues el ingreso es por orden de llegada.


Ya son quizás las 16.30 de la tarde del domingo y hay que regresar. Probablemente el fin de semana se hizo corto, faltaron lugares por recorrer, museos que visitar y aprovechar más el hotel. Esa es la sensación que siempre me queda cuando voy a Valparaíso, por eso siempre es bueno volver, un fin de semana más largo, de la mano de alguien más.

 

 

 

 



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