En Chile se ha hecho vino desde el siglo XVI y hemos pasado por muchas etapas. Al principio era una necesidad para la evangelización, luego se transformó en una bebida del día a día, que fue sofisticando su producción y recibiendo muchas influencias hasta que en los años 90 empezamos a exportar en serio nuestros vinos, siendo hoy chile el 4° exportador de vinos del mundo, justo detrás de los tres gigantes europeos en el tema; Francia, Italia y España. Todo este cambio supone nuevas responsabilidades y formas de abordar la producción de vino. Lo que el principio fue una actividad local, limitada y artesanal, hoy es una importante fuente de ingresos, de trabajo para miles de familias y un aporte clave en la imagen País.
Este importante status de lo que significa el vino, en ocasiones no se ha tomado con la debida seriedad y no es tan infrecuente escuchar en algunos pasillos el lema de “TODO VALE” para elaborar, vender y exportar vino.
En estos nuevos tiempos que vive y que vivirá el vino chileno, donde ya somos un actor relevante en el mercado mundial y cada vez exploramos mas Terroirs, variedades y propuestas de diversos tipos de vino, ya no somos solo los colgados del ultimo carro del tren sino que estamos alcanzando los primeros lugares y tenemos mucho que decir y hacer en este ámbito a nivel mundial. Esto es no solo debido a unas pocas viñas que tienen la mayor producción en litros, sino también en cientos de productores pequeños, tradicionales o nuevos, enólogos con sus proyectos personales y asociaciones de productores, que ofrecen una paleta cada vez más variada, interesante y provocadora de vinos a los consumidores y que han sido el foco de atención de muchos periodistas y líderes de opinión en el mundo.
Ante esto, los Enologos de Chile hemos dado forma a un antiguo anhelo que se venía gestando hace décadas pero nunca había visto la luz. Así como los médicos y muchas otras profesiones tienen su declaración de principios, plasmado como un código de ética, este año, verá la luz, luego de someterse a Asamblea General, el CódigoÉtico de los Enologos de Chile. Este documento, más que ser una suma de frases hechas o un saludo a la bandera, queremos que sea un referente no solo para todos los profesionales que somos los responsables de hacer el vino en Chile, sino también para el rubro vitivinícola completo, donde quedara plasmado el marco de comportamiento que debiéramos tener como profesionales y garantes de la calidad, solidez y autenticidad del vino chileno. Siempre habrá personas que querrán tomar el atajo fácil, sin duda, pero esto podrá ser denunciado a la justicia como ha sido siempre o expulsado de la Asociacion de Enologos como además será ahora.
Este documento esperamos que sea un hito, no solo a ser distribuido entre los profesionales, que es lo básico, sino también entre propietarios y directivos de las empresas, para que sea de conocimiento general lo que se puede o no se puede pedir a un Enólogo Profesional. En efecto, queremos que esto se transforme en un referente para todos los actores; propietarios, inversionistas, directivos, profesionales y técnicos, para que todos nos enfoquemos más que nunca en trabajar seria y responsablemente en la elaboración y comercialización de vino. Tal como lo dije en el 60° aniversario de la ANIAE; debemos esforzarnos, trabajar, innovar, ser eficientes y competitivos, pero para que nuestro vino sea un producto apreciado, bebido y admirado en el mundo en los próximos 60 años; “NO TODO VALE” y es el momento de gritarlo fuerte.
Sergio Hormazabal Baglietto es presidente de la Asociación de Ingenieros Agrónomos Enólogos de Chile y Enólogo de Viña Ventisquero.
Sergio Hormazával nos habla sobre el Código Etico de los Enólogos
En Chile se ha hecho vino desde el siglo XVI y hemos pasado por muchas etapas. Al principio era una necesidad para la evangelización, luego se transformó en una bebida del día a día, que fue sofisticando su producción y recibiendo muchas influencias hasta que en los años 90 empezamos a exportar en serio nuestros vinos, siendo hoy chile el 4° exportador de vinos del mundo, justo detrás de los tres gigantes europeos en el tema; Francia, Italia y España. Todo este cambio supone nuevas responsabilidades y formas de abordar la producción de vino. Lo que el principio fue una actividad local, limitada y artesanal, hoy es una importante fuente de ingresos, de trabajo para miles de familias y un aporte clave en la imagen País.
Este importante status de lo que significa el vino, en ocasiones no se ha tomado con la debida seriedad y no es tan infrecuente escuchar en algunos pasillos el lema de “TODO VALE” para elaborar, vender y exportar vino.
En estos nuevos tiempos que vive y que vivirá el vino chileno, donde ya somos un actor relevante en el mercado mundial y cada vez exploramos mas Terroirs, variedades y propuestas de diversos tipos de vino, ya no somos solo los colgados del ultimo carro del tren sino que estamos alcanzando los primeros lugares y tenemos mucho que decir y hacer en este ámbito a nivel mundial. Esto es no solo debido a unas pocas viñas que tienen la mayor producción en litros, sino también en cientos de productores pequeños, tradicionales o nuevos, enólogos con sus proyectos personales y asociaciones de productores, que ofrecen una paleta cada vez más variada, interesante y provocadora de vinos a los consumidores y que han sido el foco de atención de muchos periodistas y líderes de opinión en el mundo.
Ante esto, los Enologos de Chile hemos dado forma a un antiguo anhelo que se venía gestando hace décadas pero nunca había visto la luz. Así como los médicos y muchas otras profesiones tienen su declaración de principios, plasmado como un código de ética, este año, verá la luz, luego de someterse a Asamblea General, el CódigoÉtico de los Enologos de Chile. Este documento, más que ser una suma de frases hechas o un saludo a la bandera, queremos que sea un referente no solo para todos los profesionales que somos los responsables de hacer el vino en Chile, sino también para el rubro vitivinícola completo, donde quedara plasmado el marco de comportamiento que debiéramos tener como profesionales y garantes de la calidad, solidez y autenticidad del vino chileno. Siempre habrá personas que querrán tomar el atajo fácil, sin duda, pero esto podrá ser denunciado a la justicia como ha sido siempre o expulsado de la Asociacion de Enologos como además será ahora.
Este documento esperamos que sea un hito, no solo a ser distribuido entre los profesionales, que es lo básico, sino también entre propietarios y directivos de las empresas, para que sea de conocimiento general lo que se puede o no se puede pedir a un Enólogo Profesional. En efecto, queremos que esto se transforme en un referente para todos los actores; propietarios, inversionistas, directivos, profesionales y técnicos, para que todos nos enfoquemos más que nunca en trabajar seria y responsablemente en la elaboración y comercialización de vino. Tal como lo dije en el 60° aniversario de la ANIAE; debemos esforzarnos, trabajar, innovar, ser eficientes y competitivos, pero para que nuestro vino sea un producto apreciado, bebido y admirado en el mundo en los próximos 60 años; “NO TODO VALE” y es el momento de gritarlo fuerte.
Sergio Hormazabal Baglietto es presidente de la Asociación de Ingenieros Agrónomos Enólogos de Chile y Enólogo de Viña Ventisquero.